La pandemia ha tenido múltiples consecuencias dentro de las cuales cada vez se destaca más la crisis global de aprendizaje, por lo que, expertos del sector educativo insisten en que el mundo, y Costa Rica en particular, está en un momento clave en el que se deben tomar medidas efectivas y oportunas para evitar que la crisis se convierta en una catástrofe de desigualdad.
Para el Director de Educación Global del Banco Mundial y ExMinistro de Perú, Jaime Saavedra, la recuperación del aprendizaje es ahora una tarea urgente que requiere acciones estratégicas, por el riesgo de perder a una generación completa de niños, niñas y jóvenes que no podrán superar las limitaciones impuestas por los cierres prolongados de centros educativos y por el impacto social y económico de la pandemia.
Saavedra fue parte de la Conferencia «Salvando una generación: recomendaciones para recuperar y acelerar el aprendizaje», organizada por ProLEER, la Asociación Amigos del Aprendizaje (ADA) y el Estado de la Educación, donde compartió los principales hallazgos y recomendaciones del Banco Mundial para la recuperación y aceleración del aprendizaje en los estudiantes, para países interesados en mitigar los peores efectos a largo plazo de esta crisis.
“La pandemia ha detonado una de las peores crisis en educación, salud y economía, en la historia de América Latina. El Banco Mundial ha proyectado graves consecuencias a largo plazo para el futuro de una generación de niños y niñas, y el desarrollo socioeconómico de la región, si los países no abordan estrategias educativas basados en evidencia y buenas prácticas. Para nosotros fue una valiosa oportunidad el contar con la participación de Jaime Saavedra en la Conferencia, para enriquecer el diálogo multi-sectorial y poder aportar a la construcción de soluciones que el país y la niñez necesitan”, comentó Renata Villers, Directora Ejecutiva de ADA.
Saavedra enfatizó en el uso del nuevo indicador de pobreza de aprendizaje, que mide el porcentaje de niños de 10años que no pueden leer y comprender un texto simple, ya que esta competencia mide la capacidad de aprendizaje de los estudiantes. Al respecto manifestó: “a fines de 2020, el Banco Mundial estimó que una ausencia de siete meses de la escuela incrementa el porcentaje de estudiantes con pobreza de aprendizajes de 53% a 63%. Nuestros cálculos de las pérdidas se han revisado al alza, y ahora esperamos que, a menos que se tomen medidas rápidas y audaces, la pobreza de aprendizajes puede llegar al 70%”, explicó Saavedra.
Dentro de las principales recomendaciones que Saavedra compartió destaca una ruta que requiere al menos cinco pilares fundamentales representada por el acrónimo: RAPID: 1) Reingresar a las niñas y niños a la escuela y mantenerlos ahí, 2) Analizar los niveles de aprendizaje con regularidad, 3) Priorizar la enseñanza de las habilidades fundamentales (de lectura, escritura y matemáticas), 4) Incrementar la eficiencia, acelerando los aprendizajes, ofreciendo a los docentes y estudiantes material de apoyo curricular y didáctico, y 5) Desarrollar la salud psicosocial y el bienestar de la niñez.
“Los planes de estudio tendrán que ser adaptados y alinearse en todos los sistemas para enfocarse en las habilidades fundamentales que los niños han perdido, priorizando la lectura y escritura, matemáticas y habilidades socioemocionales. Será muy difícil para los maestros cubrir el plan de estudios completo como si los niños estuvieran regresando después de una breve pausa y no después de una grave interrupción de su escolaridad. Las clases de recuperación son clave para ubicar a los niños según su nivel de aprendizaje, e igualmente importante es proporcionar apoyo pedagógico adicional a los maestros para que continúen mejorando sus habilidades de enseñanza”, agregó el experto.
Saavedra insistió en que la recuperación de los aprendizajes comienza con el compromiso político de la sociedad en su conjunto, para asignar los recursos humanos, financieros y materiales que sean necesarios.
“Los estudiantes son las víctimas silenciosas de la pandemia. Se requiere con urgencia adoptar medidas inmediatas para priorizar la recuperación del aprendizaje para todos los niños. Si no actuamos ahora, muy pronto veremos que el mayor impacto de la pandemia terminó siendo un golpe devastador para el futuro de esta generación”, concluyó Saavedra.